4 de febrero de 2015

El Mundo de Sofía 

4. Análisis...

Sofía sigue recibiendo sobres, su curso de Filosofía estaba apenas iniciando, era como un regalo gratis e iba a ser realizado poco a poco, en la medida en que se recibían las cartas… ¡Lo mejor!

...Un ser extraño:
Llega así, ¡de la nada!

Éste tenía una identidad desconocida, era el remitente de los sobres que le llegaban a Sofía. Con unas cuantas cartas, hace que la joven se cuestione y se enfrente a grandes preguntas, que ciertamente jamás se había realizado…

La capacidad de asombro es esencial para un filósofo, pero, la triste verdad, ya mencionada anteriormente y la repito, es: Desde una edad muy temprana, los padres enseñan o reprenden a sus hijos porque se emocionan por cualquier motivo, o por lo que ven, todo es nuevo para ellos... Los acostumbran a lo cotidiano, desde que están pequeños.
Se pierde el asombro que los filósofos quieren despertar en la sociedad.

Quizás, alguna vez, todos nos realizamos las mismas preguntas filosóficas cómo: ¿Quién creó el universo? Y, si lo creó alguien… ¿Quién creó a ese “alguien”? Por lógica sabemos que tuvo que haber existido alguien primero, nada nace de la nada… Y lo que sucede, es que por su difícil obtención de respuesta, las dejamos de lado, las apartamos, o simplemente no les damos tanta importancia.

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